martes, 15 de abril de 2014

Procesión


No había allí símbolos
ni un significado oculto
dispuesto a ser desvelado

no como si pudiéramos retirar
un velo a la estatua recién
comprada

o a la piedra sagrada hundida
por milenios en la tierra

Allí donde un hombre solitario
golpea el suelo con su vara
o donde un perro abandonado
busca un rincón donde orinar

no hay mucho secreto,

tampoco aquí donde yo vivo
y donde envuelvo el papel de mis cigarros
como un paquete destinado a una isla remota

o cuando uno sale a la calle
y atraviesa el carro con olor a cera
de una virgen cargada sobre hombros
de gente muy antigua
que huele a viejos arcones
y a viejas primaveras

acaso esta flor naciente
sobre raíces húmedas
no sea entonces sino el único
símbolo disponible:

una ofrenda
a los muertos
que no acaban de morir.




No hay comentarios:

Publicar un comentario