No es posible imaginar
a Prometeo en el Cáucaso
-un águila que devora
sin cesar un hígado
y un hombre devorado
sin cesar-
no es posible imaginar
la llaga perpetua
-cosa que no conocen siquiera
las piedras,
los animales que mueren
por la sed
bajo la luz del desierto-
la vida solo es posible
más acá de los páramos
y de la nieve
más allá del Cáucaso
Dejemos que Prometeo
siga devorado por su águila
pero solo
en su crátera griega
e inmortal.
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