[282,
282]
Achtung-
Cada vez que un filósofo decide hacer política, una llama se
enciende en el faro de Siracusa.
[303,
303]
Lugares
hermanos, donde sus habitantes son también nuestros hermanos- la
cueva, el hospicio, la montaña, el bosque, el desierto, las simas,
los barrancos, los pueblos desolados.
[317,
317]
Thesis
universalis- Es cuestión de tiempo que la fiera devore al amo
que llevó a cabo su crianza.
[417,
417]
Geometría
histórica- La línea de la existencia meramente temporal pocas
veces resulta paralela a la línea del devenir universal. Solo en
ocasiones revolucionarias- picos donde la singularidad de un grupo,
un individuo concreto, una clase, etc, son paralelas a lo que
exige o debería exigir el propio devenir universal a fin de
comprenderse a sí mismo. Se
trata de momentos como la Grecia de Pericles, la Revolución Francesa
o la Revolución Rusa, los mejores instantes del Renacimiento. Pero
esos momentos en los que a decir de Hegel la idea y lo real son una y
la misma cosa, se configuran como excepciones históricas-
aquella línea de la existencia temporal comienza su vuelo rotacional
ya lejos de la línea del devenir universal, trazando una elipsis
cada vez más amplia, una tangente cada vez más alejada del devenir
universal. Quien plantea allí las exigencias que corresponden solo a
una feliz coincidencia temporal entre las dos líneas, está
simplemente perdido: no se ha dado cuenta de lo lejos que se hallan
sus preguntas de la existencia temporal, real, en la que vive- de la
distancia entre la órbita en la que se halla y la órbita en la que
sus preguntas tienen la respuesta que en vano busca con pasión.
[549,
549]
Horror
vacui: hoy en día, más que horror a la nada, nos horroriza la
idea del ser.
[90,
90]
A
Von Hórvath lo mató una rama cuando paseaba de camino hacia su
casa. Tycho Brahe murió atragantado mientras se daba un festín.
Cualquier acontecimiento sin relevancia puede llevarnos a la tumba:
la picadura de este insecto, el ataque de un ácido en el riñón, la
falta de oxígeno repentina en el cerebro. Y en función de la
importancia de estas posibles causas de mortalidad, puedes evaluar
proporcionalmente la importancia de la vida que te quitan.
[2146,
-1162]
De
la nulidad del vivir sólo se pueden extraer limosnas cognoscitivas.
[1471,
-1471]
Todos
nuestros apocalipsis han sido hasta ahora metafóricos. Con el
primero- la muerte de la ciudad-estado helénica- se perdió el
hombre político. Con el segundo- las profecías de Nietzsche- se
perdió el hombre moral. Mas solo el último- el que nos espera una
vez el sol deje de emitir su energía-, el apocalipsis cósmico, el
verdadero apocalipsis, será como tal un fin. El verdadero
Apocalipsis – el del hombre cósmico-
no es metafórico: es literal.
[1253, -1253]
La destrucción de todo centro es el logro más ingenioso de nuestra época.
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