[315,
315]
Forma
y razón
Lo
que a partir de Nietzsche descubren los filósofos no es que la razón
ya no sea posible- por el hecho de que ya no sean posibles los
sistemas omnicomprensivos- sino que la forma no es posible en
filosofía, que es como decir que el arte no es posible en
filosofía. Porque lo que liga a los sistemas desde Platón a
Schelling pasando por Spinoza y las construcciones matemáticas de
Eudoxo a Kepler, no es el principio de prioridad de la
racionalidad, tanto como el principio de armonía y belleza como
trasunto último- como prueba ontológica- de la verdad de la
razón expuesta allí. Lo que garantiza la verdad del sistema es la
armonía geométrica del mismo; lo que el sistema puede postular como
criterio último de su verdad es la elaboración armoniosa de los
elementos y su unidad íntima. Lo que otorga la fuerza última al
sistema de Hegel no es la razón auto-desplegada en su alteridad y
desarrollo, sino el principio de unidad artística que impregnaba el
más antiguo programa del idealismo alemán desarrollado por los
jóvenes teólogos de Tübingen.
[318,
318]
La
armonía- es tan solo el sometimiento de las fieras por el látigo
del amo, el apaciguamiento temporal de un fuego hambriento - la
armonía es siempre tan solo la apariencia de armonía.
[1637,
-1637]
¿Será
casualidad que Homero, el padre de los poetas, fuera un hombre ciego?
[290, 290]
[290, 290]
La
singularidad de la existencia solo se capta desde la extrañeza que
nos produce el lenguaje que no hablamos. Solo desde nuestra casa
saben brillar los objetos con el signo transparente de la verdad.
[291, 291]
Estaciones
estelares
Hay
algo de melancolía en la constelación que nos abandona al final de
la estación, como si también en la esfera de los asuntos eternos el
trabajo del devenir produjera sus heridas. Al final del verano se nos
marcha la constelación de Escorpio, y con ella, las horas de calor
intenso, el jolgorio de las fiestas y las noches calurosas en las que
las viejas llenan las calles con su cháchara, y las muchachas y los
muchachos con los juegos de sus primeros amoríos. Con el inicio del
otoño, una melancolía suave nos cubre, al tiempo que la sobriedad
que otorga la retirada del calor atempera nuestro espíritu. Aparecen
otros símbolos, otras coyunturas, se cae una piel y nace otra: en el
cielo desaparece Escorpio y se abre paso, lenta y tímidamente, el
honroso Auriga.
[292,
292]
El
espíritu siempre es incompleto cuando no se comprende producto
genuino de la materia.
[-1169,
1169]
Elogio
de la impureza
La
hibridación- en el reino animal, en los géneros literarios, en el
propio pensamiento- es interesante porque revela el carácter
artificial de toda forma- durante un tiempo los individuos
híbridos o intermedios en la gran cadena del Ser de las ciencias
naturales plantearon el carácter forzoso de las categorías
taxonómicas- y así un empirista como Buffon pudo imaginar una
continuidad entre el ser más desarrollado de la cadena animal y el
animal más simple. De igual modo, las hibridaciones y bifurcaciones
incompletas en los géneros literarios revelan el carácter
artificioso del pensamiento- el filósofo impide que la poesía
colonice su tratado, el ensayista da forma completa a su texto sin
permitir demasiadas incorporaciones ajenas a su tema principal, el
científico destierra de su campo de investigación todo objeto que
haya incorporado previamente a su catálogo de objetos metafísicos,
etc- dominado por la forma; y es así como ese pensamiento tiene
siempre un carácter artístico- el dominio de la forma sobre
la materia que secciona y selecciona el campo de fuerzas de lo real-
mientras que el pensamiento híbrido ( el pensamiento impuro) revela
el trasunto eterno, la materia de fondo que fundamenta toda
pretensión de la forma por conquistar su orgullo y evidencia la
impermeabilidad en último término de la materia frente al acto, de
la red del pensamiento homogéneo frente a sus estribaciones
impostadas. También aquí hay solo individuos- no categorías, que,
como decía Buffon de los métodos artificiales, 'hablan de seres
abstractos que no se parecen en nada al ser real'.
[-1170,
1170]
Elogio
de la aurora
'Aquel
hombre que no cree que cada día contiene una hora más temprana,
sagrada y auroral que la que él ya ha profanado, desespera de la
vida y avanza por un camino descendente y oscuro' (Thoreau). Abominar
de los lunáticos, de los insomnes, de los noctámbulos. Alimentar el
pensamiento auroral en detrimento del pensamiento del crepúsculo.
Poetas de la luz (Goethe) frente a poetas de la oscuridad (Trakl). La
hora de la lucidez y de la alegría es la hora mantinal. La noche-
como decían los viejos- se hizo para dormir.
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